Para pararse a pensar un rato
El otro día viendo por encima algunos blogs relacionados con gente, que a su vez sigue gente que yo sigo, me tropecé con esta agradable e interesante reflexión que hace cuestionarte algunas de las cosas que hacemos a diario, protegidas por la costumbre y la tradición.
Un grupo de científicos encerraron cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron una escalera y, sobre ella, un racimo de plátanos. Cuando un mono subía la escalera para coger los plátanos, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el suelo.
Después de algún tiempo, cuando un mono iba a subir la escalera, los otros lo golpeaban.
Pasado algún tiempo más, ningún mono subía la escalera, a pesar de la tentación de las bananas.
Entonces, sustituyeron uno de los monos. Lo primero que hizo fue subir la escalera, siendo rápidamente bajado por los otros, quienes le propinaron tremenda paliza.
Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo ya no subía más la escalera, aunque nunca supo el por qué de tal vapuleo.
Un segundo mono fue sustituido, y ocurría lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo de la paliza al novato. Un tercero fue cambiado, y se repitió el hecho, lo volvieron a golpear. El cuarto y, finalmente, el quinto de los veteranos fueron sustituidos.
Quedó, entonces, un grupo de cinco monos que, aún cuando nunca recibieron un baño de agua fría, continuaban golpeando a aquel que intentase llegar a los plátanos.
Si fuese posible preguntar a algunos de ellos por qué le pegaban a quien intentaba subir la escalera, con certeza la respuesta sería: “No sé, aquí las cosas siempre se han hecho así.” ¡¿Te suena este “razonamiento”?!
No pierdas la oportunidad de pasar esta historia a tus amigos, para que, de una o de otra forma, se pregunten por qué seguimos “golpeando” y, por qué estamos haciendo las cosas de una manera, si tal vez las podemos hacer de otra.
Solo hay dos cosas infinitas en el mundo: el universo y la estupidez Humana. Albert Einstein
Otras reflexiones interesantes las podéis obtener en http://atalayadereflexiones.blogspot.com/
Un grupo de científicos encerraron cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron una escalera y, sobre ella, un racimo de plátanos. Cuando un mono subía la escalera para coger los plátanos, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el suelo.
Después de algún tiempo, cuando un mono iba a subir la escalera, los otros lo golpeaban.
Pasado algún tiempo más, ningún mono subía la escalera, a pesar de la tentación de las bananas.
Entonces, sustituyeron uno de los monos. Lo primero que hizo fue subir la escalera, siendo rápidamente bajado por los otros, quienes le propinaron tremenda paliza.
Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo ya no subía más la escalera, aunque nunca supo el por qué de tal vapuleo.
Un segundo mono fue sustituido, y ocurría lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo de la paliza al novato. Un tercero fue cambiado, y se repitió el hecho, lo volvieron a golpear. El cuarto y, finalmente, el quinto de los veteranos fueron sustituidos.
Quedó, entonces, un grupo de cinco monos que, aún cuando nunca recibieron un baño de agua fría, continuaban golpeando a aquel que intentase llegar a los plátanos.
Si fuese posible preguntar a algunos de ellos por qué le pegaban a quien intentaba subir la escalera, con certeza la respuesta sería: “No sé, aquí las cosas siempre se han hecho así.” ¡¿Te suena este “razonamiento”?!
No pierdas la oportunidad de pasar esta historia a tus amigos, para que, de una o de otra forma, se pregunten por qué seguimos “golpeando” y, por qué estamos haciendo las cosas de una manera, si tal vez las podemos hacer de otra.
Solo hay dos cosas infinitas en el mundo: el universo y la estupidez Humana. Albert Einstein
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