Destilando espiritualidad.
Únicamente si no temes perderte y adentrarte en la espesura como si fuera tu última mañana, sin saber demasiado bien lo que andas buscando, sin imponer condiciones, dejando que fluya el tiempo entre las copas de los pinos, Guardando silencio, respirando a la vez que lo hace el bosque, pisando con cuidado de no molestar a todos aquellos que te observan en ese momento, tal vez puedas encontrar el mayor de los tesoros, encerrado en tu interior, y sentir cómo sale y se esparce por la hierba, creando un clima de paz y espiritualidad. ... para luego más tarde, de vuelta en casa, destilar ese sentimiento y poderlo degustar liberándolo de su botella de cristal.