... y el séptimo día, mandó disfrutar.
Como lo prometido es deuda, tras duras sesiones semanales de entrenamiento, hoy tocaba cien por cien todo amor, cogiendo altura cómodamente con el coche para luego dejarnos caer durante diez preciosos kilómetros de una mañana que respiraba libertad.
... y como ya viene siendo habitual en la familia, a lomos de un kickbike.
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