Cervezas frías allá donde siempre has soñado.
Incluso el mudo de la venta ambulante de cervezas frías en plena naturaleza está complicado. No basta con madrugar, elegir una ruta a la vez, bonita y concurrida y echarse a caminar por el monte en busca de los primeros clientes. Hay trepar y subir a los lugares míticos, puntos de reunión de montañeros fatigados y sedientos. Y vamos, digo yo... si la venta flojea, ¿alguien tendrá que dar cuenta de esas fresquitas cervezas, no? Tras 21 km de placer por el Desierto, 1.200 metros de desnivel subiendo, 4 horas de patear y limpiar viejos y nuevos senderos, de charlar con caminantes y ciclistas sorprendidos e interesados al mismo tiempo, hemos vuelto a perder dinero.