Enfriándome espero, a los labios que más quiero
En Helsinki hace mucho, pero que mucho frío en invierno; por eso en los hoteles quizás se pasan con la calefacción. Cuando traes una cerveza del super, nada más llegar a la habitación, se pone como la lava y no hay quien la trague. Una buena solución es ponerla un ratito en la ventana, con cinco minutos casi llega. Pero la mayoría de las ventanas son dobles y no tienen repisa. No la necesitan para nada, porque en ella no se darían las flores ni se secarían los calcetines o las zapatillas, ni cantaría el canario, ni dormiría el gato... Hay que buscar una solución: anilla y cordón.
Me olvidaba. ¿Sabéis que me está ocurriendo algo muy bonito? Cuando quiero levantar el ánimo y creer en mis proyectos, entro en este blog para contagiarme de vuestra ilusión y disfrute del deporte.
Suso, todo vale para aproximarse al "secreto de la parroquia" que es tomársela contenta.
ResponderEliminarCada clima tiene su encanto y sus inconvenientes pero yo prefiero el clima mediterráneo. Para mí es el mejor clima del mundo.
ResponderEliminarSi la Parroquia estuviera en Helsinki, Las ventanas estarían llenas de cordones colgando con alhambras 1925.
Como diría Vicente,hablando de las virtudes de la cerveza... Esto es una demostración más de cómo a los cerveceros se les desarrolla el cerebro y agudiza el ingenio! jjj
ResponderEliminarAmigo suso, veo que te vas acercando cada vez más a la perfección espiritual.
ResponderEliminarUn abrazo y animo siempre para esos retos.