NIEVE EN EL DESIERTO
La nevada del viernes pintó de blanco las montañas de enfrente de mi casa.
No me lo podía perder. Las tenía que disfrutar antes que se derritieran en un recuerdo.
La duda era, a pie o en bici. Finalmente, el patinete me dio la solución. No era necesario descartar ninguna opción. Podía disfrutar de las dos maneras con el mismo vehículo.
El carril bici apuntaba justo hacia mi objetivo.
Me encontré una subida por la "mataora" caramelizada por el rigor de la noche.
Allá donde expertos y vigorosos btteros no podían continuar, pasábamos nosotros dos, patinete y yo, disfrutando de la sencillez y la espectacularidad del entorno. A veces me pregunto quién saca a quién.
No me lo podía perder. Las tenía que disfrutar antes que se derritieran en un recuerdo.
La duda era, a pie o en bici. Finalmente, el patinete me dio la solución. No era necesario descartar ninguna opción. Podía disfrutar de las dos maneras con el mismo vehículo.
El carril bici apuntaba justo hacia mi objetivo.
Me encontré una subida por la "mataora" caramelizada por el rigor de la noche. 
Allá donde expertos y vigorosos btteros no podían continuar, pasábamos nosotros dos, patinete y yo, disfrutando de la sencillez y la espectacularidad del entorno. A veces me pregunto quién saca a quién.
Si es que cuando nieva y a pesar de ser un incordio para mucha gente ( hay que reconocerlo) nosotros disfrutamos más que los niños.
ResponderEliminarMañana segunda subida al Peñagolosa..A ver si hay suerte y hay mucho mucho hielo en la subida.
Si alguien se apunta que me envie un privado.
La verdad es que desde Castellón mismo las vista de las laderas del Desierto el sábado por la mañana eran incluso mucho más impresionantes que las fotos. Se veía un manto blanco muy homogeneo, como si hubiera mucha nieve.
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