De Castellón hasta... donde la mar nos lleve.
30 kilómetros, disfrutados lentamente, sin prisas, con delicia, sin obligación ninguna, por el puro placer de compartir pulsaciones con amigos, conversaciones cercanas y agradables, planes de futuro, risas, cansancio, ánimos, frío, bromas, disfrutando del camino, a cada zancada, en cada recodo, escoltados en todo momento, a la derecha por un enorme y expectante lago salado de zinc salpicado de palmeras y playas desiertas, a la izquierda, por cumbres cerradas que amenazaban lo que habían prometido, lluvia, mucha lluvia y en la meta, alguien que nos espera, el premio deseado, el objetivo cumplido, pasó la mañana, pasó en un suspiro, de cálido aliento de vida.
Esta es de las que se pueden improvisar y repetir en cualquier momento... y ya hay voluntarios para acompañarnos.
ResponderEliminarBuenísimosssss........Yo me apuntaré previa confirmación de que el Artemio esté abierto...No voy si no hay final feliz
ResponderEliminarSi continuáramos por la línea de playa atravesando el Prat de Cabanes y llegáramos a Torrenostra, creo que nos saldría La I Marathon del Mediterráneo.
ResponderEliminarAdemás allí sí que hay bares abiertos todo el año.
Mediterraneo¡¡¡ bares¡¡¡¡ ¿para cuando? yo en bici de apoyo of course
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