Algo continúa cambiando.

Son las personas las que con sus actitudes son capaces de conmover montañas y cambiar pequeñitos trozos de universo.

Unos años atrás, de más de 200 trabajadores, no había ninguno entre ellos que pudiera pensar en acudir a su puesto de trabajo de ninguna otra manera que no fuera en coche o moto. Ante la inexistencia de transporte público, la única opción para recorrer los aproximadamente 2 kilómetros planos de media que separan los hogares de los trabajadores y la empresa, era con sus vehículos a motor particulares y en la mayoría de los casos, un coche por trabajador.

Tal vez, gracias a la crisis, al incremento del precio de la gasolina, al hecho de ver a un primer loco que se atrevía a acudir al trabajo en una bicicleta, y además lo hacía desde una población a 10 Km de distancia, y lo hacía bien vestido, subiendo a su despacho como cualquier persona normal, con una actitud respaldada por sus compañeros (aunque no compartida de momento) y bien valorada por sus jefes, o tal vez porque en general toda fruta cuando madura, termina por caer.

Lo cierto es que ya somos media docena... y con eso ha bastado para cambiar una parte de la empresa, de la comunidad, de la población, del mundo, del universo...creemos que para mejor.

Hemos conseguido un aparcabicicletas, que espero se quede pequeño en breve.

La empresa bajo cuyo nombre existen PERSONAS y tengo la suerte de trabajar se llama Frutinter.