Con 6 ediciones ya pocas cosas nuevas se pueden decir y poco que añadir a esta clásica de nuestros inviernos por la montaña. Si algo tiene esto de las carreras es que de una edición a otra, aunque la ruta incluso las personas que participan, son las de siempre... ninguna edición es igual a la anterior: no corres lo mismo, no sufres lo mismo, no disfrutas lo mismo. Este año acudía sin más objetivo que el de disfrutarla, sin saber muy bien cómo: si me iba a apurar, si me lo iba a tomar con calma... que siempre es mentira, pero bueno. Muchas veces te planteas ir en grupo, pero mira tu por donde en esta ocasión ha sido así, y eso ha sido lo que la ha hecho diferente. La verdad es que cada vez me divierto más con todo esto, sobretodo, porque con el tiempo vas conociendo a mas y mas gente que vale la pena conocer: va esto por los miembros del MiM.