Antiguamente, los hombres de las montañas consideraban que un territorio era realmente salvaje y libre si podían cabalgarlo durante 15 días sin toparse con rastro humano alguno. Actualmente, son pocos los territorios que quedan vírgenes por descubrir… y tal vez la mayoría de ellos se hallen en el interior del ser humano, agazapados en su mente, silenciados por la vida civilizada. Algunas veces son tan vastos e irrefrenables que afloran en forma de sueños que pasan del estado onírico al mineral en cuestión de segundos formando impresionantes cordilleras de ilusión. Mezclar Historia y esfuerzo, amistad y misterio, reyes, condes y plebeyos, condensando los 15 días que necesitaría un viejo trampero en un simple fin de semana moderno, cambiando mulas, carretas y bayos por tres bicis de montaña con buenos frenos, con un único objetivo…....buscar y recoger de nuestro camino, aparte de cualquier posible olvidado desperdicio, aquellos tres remotos sentimientos perdidos, primero, el va...