Anfibia por las Rías Baixas

Lo que a los seres vivos les ha costado millones de años de evolución, hoy en día, a unos pocos no les cuesta más de 30 minutos. Me refiero al hecho de pasar del medio acuático al terrestre, de forma ininterrumpida, atravesando collados en busca de la siguiente masa de agua, sea dulce o salada, tranquila o bravía, donde poder volver a remar.

Dos Packrafts y una canoa hinchable. A mí me tocó palear la canoa, más segura y estable, acorde a mi nivel menos cero de experiencia en el remo de mar.

Salimos de Pontevedra, remando ría abajo, con la marea a favor, en busca de su salida al mar, con la intención de llegar a Bueu donde desembarcar.

En Bueu, ya de noche, pasamos al modo terrestre y atravesamos un collado para llegar a la playa de Cangas donde buscamos el mejor hotelito para dormir unas horas.

A la mañana siguiente, con la marea en contra, nos adentramos en la Ría de Vigo, tratando de avanzar los máximos kilómetros posibles antes de la fuerza del agua saliendo de la Ría nos obligara a parar a descansar.

Atravesando Ponte de Rande.

Parada obligatoria en Rande, esperando la hora del cambio de marea para poder seguir avanzado.

Volvemos a pasar al modo terrestre y buscar el camino portugués para regresar a Pontevedra.

el Track.

Y como siempre, Suso, una vez más, como hace años lo hiciera sobre un patinete, o cruzando los Pirineos, o navegando sobre hielo, o subiendo todos los montes más bellos sin apenas dinero, ahora lo vemos soñando su próxima anfibia circular.

Ah! y especial agradecimiento a Tone, compañero de Suso, quien me enseñó los aspectos básicos de cómo remar.