Por los confines de la provincia.
Utilizar carreteras secundarias y pistas de tierra para perderse en un universo de silencio, espacios enormes de pinares, barrancos y carrascas, y en constante lucha contra la gravedad, supone un gran esfuerzo cuyo premio es poder saborear la pura esencia del Maestrat.
Els Ibarsos, Culla, Benasal, Villafranca del Cid y la Iglesuela...no paro de imaginar.
y sorprendido por el paso anual de la trashumancia procedente de Tortosa hacia pastos de Cantavieja y Fortanete, saboreo la primera bien merecida cerveza de la mañana.
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