Rony en bicicleta.
La cara de Rony al verse metido por sorpresa en la cesta de la bici, lo decía todo, y era un espejo de nuestras propias inquietudes ¿aguantará todo el trayecto? ¿tratará de lanzarse de la bici en marcha al cruzarse con alguna perrita?
Pero si no te arriesgas no ganas.
El resultado ha sido un verdadero placer subir al pueblo en bicicleta acompañado de Rony y la inestimable ayuda de su mami, sin la cual este proyecto de fin de semana rural+ligero toque de autosuficiencia+cero emisiones+cero ruidos, no habría sido posible.
y toda esta paz y sosiego que genera ir en bicicleta, cuando llegas al pueblo se nota.
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