Me contaba un amigo, que a él precisamente no le gustaban los viajes organizados, porque siempre terminaba recordándole al guía dónde estaba la cervecería más próxima....y es que un exceso de entusiasmo en mostrar monumentos, visitar museos y patear callejuelas, puede suponer un empacho cultural tan sólo digerible con un buen trago de cerveza. Enlazar Vistabella con Vilavella, en dos días completos, uniendo las pinturas de dos grandes senderos, ha sido como uno de esos sueños en los que la libertad te la encuentras debajo de las piedras, o eclipsando con sus alas el majestuoso cielo, o en el cantar alegre de arroyuelos que anuncian el invierno... y casi sin darte cuenta, te va subiendo por las piernas, camuflada entre el rocío de las flores, bajo mantos de suaves ocres, escondida tras la brisa de los montes se introduce en tus pulmones, mientras maravillado contemplas el entorno que tenemos justo detrás del patio de casa, ... y...de repente... ya es tarde... la tienes dentro...