Se llama JUDAS y no es traicionera
No creo que sea una desconocida para vosotros. Como en los supermercados empieza a haber una buena selección de marcas, me tocó elegir una para hacer una cata este fin de semana y la verdad es que sólo con su nombre y su sobrio pero impactante diseño hizo que me inclinará sin duda por ésta. Un dicho belga que dice: «cerveza maliciosa, placer divino». Este es el espíritu de esta cerveza, cuyo nombre nos pone en preaviso de sus excepcionales características.Cerveza rubia fermentada en botella, de intenso color dorado y tonos de oro viejo. Espuma muy blanca, de buena formación y densidad. Aromas frescos, nítidos y de tendencia afrutada, sobre ligeras notas a cereales, lúpulo y hierba recién cortada. Todos estos matices, y alguno más, combinan de forma magistral con sus características notas amargas y dulces, bien ensambladas. Boca potente, densa, persistente, equilibrada, y de tendencia dulce en la entrada. Evolución a seca y matizada por el ligero amargor final, con recuerdos a caramel